¿Qué estaría pasando con Irina Baeva si su productor fuera Omar Suárez o Alejandro Gou y no Juan Osorio?. Y es que a la obra Aventurera lo que le falla es el productor acostumbrado a no tener indicadores de calidad en sus realizaciones televisivas bajo la consigna de dominio masivo, de que mientras más porquería tenga la televisión mejor para el plan de cautiverio de televidentes sin capacidad de análisis sin darse cuenta que ya la televisión no es el único medio masivo para poder monopolizar los gustos de una población acostumbrada a ser televidente convulsivo. La verdadera capacidad de Juan Osorio se ha visto reflejada en el fracaso de Aventurera que contrasta con los ratings a modo por los que Juan siempre es exitosos. Mientras tanto La Aventurera del rostro más lindo en la historia de esa puesta en escena, tiene que cargar a sus espaldas la ineptitud del productor y del elenco basado en compadrazgos del productor, hijos de sus examoríos y actrices en plena decadencia que sobredimensionaron su talento bajo la publicidad de la televisión de hace cuarenta años. Osorio ya no sabe cómo hacerle para componer la obra y hasta se disfraza de espectador para escuchar los murmullos de los escasos espectadores que lo único que les anima para asistir a ver la obra, es la brillantez de Irina que se encuentra desarropada en una puesta en escena que requiere mayores recursos y un elenco estelar, y en donde está claro que no falta una aventurera sino que sobra un productor.