Flaco y acabado, como se le aprecía a Brozo sin chayote, sin pago chantajista de gobierno y sin credibilidad, así la sociedad envuelta en nuevas formas de comunicación han dado paso al progresismo y a la corrección de las situaciones irregulares que habían adoptado consentimiento y normalidad. Programas y personajes que parecían inofensivos, como las vueltas morbosas que obligaba ejecutar Jorge Ortiz de Pinedo a sus coconductoras,los episodios de risa estúpida producidas por Víctor Trujillo para sus modelos mudas, el ramillete de edécanes como auxilio matutino de lujuria a la cual recurría Xavier López Chabelo en un supuesto programa de concurso de niños enfocados al materialismo salvaje, ahora ante el progresismo, se observan como auténticos planes direccionistas de enajenación y perturbación televisiva. La mujeractual ya no prende la TV o las redes sociales para seguir las instrucciones de quien le ayudará a realizar recetas de cocina para servirle a su marido, y cada vez menos, buscan como pareja a un Pedro Infante con la misma capacidad de ser alcohólico que mujeriego.La mujer no conducida es la que no necesita acudir al llamado de salir a gritar en las calles sino aquella que actúa con determinación de respetarse así misma, y de la misma manera en que respeta a sus semejantes, incluyendo al hombre.