El Presidente Andrés Manuel López Obrador vuelve a refrendar por otra ocasión más de muchas, que es el mandatario más apreciado en el mundo por sus gobernantes. Además de romper récord de records de asistencia en el zócalo capitalino, realizó un resumen de lo que ha sido la recuperación del patrimonio y de los principios nacionalistas en su gobierno, su ataque a la corrupción y la defensa contra el imperialismo invasor. El mandatario que no ha bajado su popularidad desde su llegada a la silla presidencial en el 2018, cuandomuchos decían que se trataba de una luna de miel que se iría disolviendo, con el respaldo de la gran mayoría del pueblo mexicano dijo: "Este es un acto de conmemoración de la expropiación
petrolera y es un acto nacional. Aquí participan habitantes de Aguascalientes,
de Baja California, de Baja California Sur, de Campeche, de Chiapas, Chihuahua,
Ciudad de México, Coahuila, Colima, Durango, Estado de México, Guanajuato,
Guerrero, Hidalgo, Jalisco, Michoacán, Morelos, Nayarit, Nuevo León, Oaxaca,
Puebla, Querétaro, Quintana Roo, San Luis Potosí, Sinaloa, Sonora, Tabasco,
Tamaulipas, Tlaxcala, Veracruz, Yucatán, Zacatecas.A diferencia de Francisco I.
Madero, quien, para consumar su bello ideal democrático no pudo o no consideró
indispensable reforzar sus vínculos con el pueblo, en especial con los
campesinos zapatistas, el general Lázaro Cárdenas no dudó en apoyarse en los de
abajo para hacer realidad su transformación.La estrategia del general puede
resumirse en tres importantes y consecutivas acciones:Primero, entregó la
tierra a los campesinos y ayudó a los obreros.Luego, impulsó su organización.Y,
finalmente, con esa base social pudo llevar a cabo la expropiación del petróleo
y otros bienes de la nación que Porfirio Díaz había entregado a particulares, fundamentalmente
a extranjeros.En la estrategia cardenista lo primero fue la atención a las
demandas económicas y sociales de campesinos y obreros. El presidente sabía que
la única manera de contar con el pueblo era actuar decididamente en favor de
sus causas. En consecuencia, desde el inicio de su gobierno se puso en marcha
el reparto agrario; los campesinos se movilizaron en todo el país solicitando
que se les dotara de tierras mediante la expropiación de latifundios o por la
vía de la titulación de terrenos nacionales.En poco tiempo, la entrega de las
tierras a los campesinos transformó la estructura agraria existente. La
trascendencia revolucionaria del reparto agrario cardenista puede medirse con
un relevante dato: en los primeros tres años de su gobierno se entregaron nueve
millones 764 mil hectáreas a 565 mil 216 campesinos, lo que superó con mucho la
cantidad de tierras repartidas desde la Revolución. Al finalizar el sexenio, se
habían constituido 10 mil 651 ejidos con un total de 18 millones 52 mil
hectáreas, en beneficio de más de un millón de familias indígenas, de peones y
de jornaleros del medio rural.Es indudable que los campesinos vieron en
Cárdenas a un fiel representante de la causa revolucionaria. La reforma agraria
aseguró la fidelidad de mucha gente al gobierno cardenista y desde entonces se
concertó la alianza entre los campesinos y el Estado.Por otra parte, durante el
cardenismo los obreros sintieron garantizados sus derechos laborales. Con
estricto apego a la ley, Cárdenas respetó la lucha económica de trabajadores
por mejores salarios y por mejores condiciones laborales; su acción en este
terreno consistió en hacer realidad la letra del artículo 123 de la
Constitución.Desde el inicio de su gobierno, el movimiento obrero comenzó a
desplegar una intensa actividad orientada a conquistar sus reivindicaciones;
incluso, se pudo ejercer con plena libertad el derecho de huelga.Para mediados
del sexenio, campesinos y obreros identificaban a Cárdenas como el defensor de
sus intereses. La primera parte de la estrategia cardenista había resultado
favorable, el acercamiento y la solidaridad del presidente con los grupos
sociales más desprotegidos produjo el apoyo, la adhesión de las mayorías a la
política gubernamental. La organización política de obreros y campesinos como
segundo eslabón de la estrategia cardenista se desarrolló también con
intensidad y entusiasmo.Primero, se integraron la mayor parte de los sindicatos
nacionales. La Confederación de Trabajadores de México, la CTM, se constituyó
el 24 de febrero de 1936. Aunque la declaración de principios de la
organización establecía, cito textualmente, que ‘el proletariado de México
luchará fundamentalmente por la total abolición del régimen capitalista’, sus
dirigentes aceptaron la propuesta del presidente y coincidieron en la necesidad
de alcanzar primero la liberación política y económica del país. Bajo estos
principios, el movimiento obrero apoyó decididamente al gobierno en su lucha
por la soberanía nacional.Por su parte, desde el 9 de julio de 1935, el
presidente Cárdenas recomendó iniciar la organización de los campesinos de
México. Con ese propósito, se crearon las ligas de comunidades agrarias en
todos los estados del país y la integración de ellas con los sindicatos de
asalariados rurales dio como resultado la constitución de la Confederación
Nacional Campesina, la CNC.La organización y movilización política de las masas
permitió avanzar en el propósito de hacer valer la independencia económica de
nuestro país, y así fue que con la expropiación de las empresas petroleras se
empezaron a devolver bienes nacionales y recursos que desde el porfiriato se
encontraban en manos de extranjeros.Esta estrategia no habría podido tener
éxito sin las cualidades excepcionales de un hombre noble y justo, como el general
Lázaro Cárdenas del Río.La política —que se oiga bien, que se internalice, que
se oiga lejos—, la política no sólo es racionalidad, también, como otras
actividades de la vida, necesita de mística y de convicciones. Los procesos
políticos son más complejos de lo que suponen los intelectuales racionalistas;
en los procesos políticos intervienen también factores como la suerte, la
genialidad de los dirigentes y los sentimientos del pueblo.El general Cárdenas,
a diferencia de políticos arribistas o de la élite, profesaba un sincero y
profundo amor al pueblo. Así como no hay nadie con la vocación democrática de
Madero, tampoco ha existido en México un presidente tan cercano a los humildes
como el general Cárdenas, ni tan convencido de la causa de la justicia social.Por
ejemplo, ya siendo presidente, ya en el poder, en 1935 escribió en sus apuntes
lo siguiente:‘Acabar con las miserias que sufren las gentes está por encima de
todos los intereses’.Y sostenía: ‘Viviendo junto a las necesidades y angustias
del pueblo, se encontrará con facilidad el camino para remediarlas’.Aunque
también confesaba con sabias y tristes palabras que había podido conocer el
verdadero fondo moral de muchos servidores públicos: ‘Al observar en sus
semblantes el disgusto que les causa la demanda de auxilio o de justicia de las
gentes pobres; entonces pienso más —se lamentaba— en la tragedia interminable
de nuestro propio pueblo’.Para los jóvenes que quieren dedicarse al noble oficio
de la política, lo principal es el amor al pueblo.Además de ser un auténtico
humanista y de poseer otras virtudes, el general Cárdenas supo manejar con
precisión los tiempos. Política, entre otras cosas, es manejo de tiempos,
asunto que suele resultar esencial y definitorio.Unos días antes de anunciar la
expropiación petrolera anotó en sus apuntes que, sobre la carretera en las
cercanías de Cuernavaca, caminó y platicó durante más de una hora con su
maestro, amigo, compañero y paisano, el general Francisco J. Múgica. Cito al
general Cárdenas, dice:‘Hicimos consideraciones de las circunstancias que
podrían presentarse si gobiernos como los de Inglaterra y Estados Unidos,
interesados en respaldar a las empresas petroleras, presionaban al gobierno de México
con medidas violentas, pero tomamos también en cuenta que se presenta ya la
amenaza de una nueva guerra mundial, con las provocaciones que desarrolla el
imperialismo nazifascista y que esto los detendría de agredir a México en el
caso de decretar la expropiación.’Entre otras razones, y aprovechando esa
circunstancia, el 18 de marzo de 1938 se llevó a cabo la expropiación
petrolera. Ese día a las ocho de la noche, el general Cárdenas comunica a su
gabinete sobre esta decisión histórica y, dos horas después, da a conocer por
radio a toda la nación el paso dado por el gobierno en defensa de su soberanía,
reintegrando a su dominio la riqueza petrolera que, según lo escribe el mismo
general, ‘el capital imperialista ha venido aprovechando para mantener al país
dentro de una situación humillante’.El decreto expropiatorio establece en
cuatro artículos que pasan a formar parte del patrimonio nacional: la
maquinaria, las instalaciones y otros muebles e inmuebles de las compañías
petroleras extranjeras, a las cuales se les pagaría la indemnización de
conformidad con el artículo 27 de la Constitución y de la ley en la materia.La
expropiación petrolera fue apoyada por la mayoría del pueblo. En las fotos de
la época se advierte la presencia mayoritaria de gente humilde: hombres y
mujeres indígenas, campesinos, obreros, maestros, empleados e integrantes de la
clase media baja.Fue el pueblo raso el que apoyó y cooperó con el gobierno para
el pago de las indemnizaciones a las compañías petroleras extranjeras. ¡Cómo
olvidar que tantas mujeres pobres donaron para este efecto chivos y guajolotes
y se deshicieron hasta de las humildes alhajas que poseían!Por esos días, desde
la ciudad de Oakland, California, el trabajador migrante Cástulo Prado compuso
la letra y la música del Corrido del petróleo y se lo envió al presidente con
la instrucción de que el gobierno destinara las posibles regalías de la obra al
pago de las indemnizaciones. Una de sus estrofas reza así:‘Lázaro Cárdenas
dice, sereno y despreocupado: al transcurso de 10 años, todo quedará pagado,
tengo un pueblo mexicano que no me queda ni duda. Desde el más niño al más
viejo, todos me ofrecen su ayuda. En la mujer mexicana hay patriotismo y
orgullo, se deshace de sus joyas para ofrecerlas al cuño.’Además de este masivo
y contundente respaldo popular, el gobierno de Cárdenas contaba con otra
circunstancia favorable: en ese tiempo gobernaba Estados Unidos Franklin Delano
Roosevelt, un gran estadista, uno de los mejores presidentes que ha tenido ese
país en toda su historia. Recordemos que cuando llegó Roosevelt a la Casa
Blanca el 4 de marzo de 1933, Estados Unidos padecía una de las peores crisis
de su historia y que, como presidente, Roosevelt supo enfrentar esa crisis con
éxito y muy pronto le devolvió la esperanza a su pueblo, lo cual lo convirtió
en uno de los más grandes políticos del siglo XX.En cuanto a su política
exterior, recordemos que, en un discurso memorable, que es el antecedente de
los principios de la ONU, el 6 de enero de 1941, expuso al mundo cuatro libertades
fundamentales: el derecho a la libertad de palabra; el derecho a la libertad de
culto; el derecho a vivir libres de miseria y el derecho a vivir libre de
temor.La presidencia de Roosevelt aplicó la política de buena vecindad con los
países del continente americano: en ese entonces se definieron los principios
de cooperación económica y política; se reconoció la soberanía de Cuba y de
Panamá; y se ordenó la retirada militar estadounidense de Nicaragua y de Haití.
No es casual que el gran poeta Pablo Neruda lo llamara ‘un titán de las luchas
de las libertades, un presidente gigantesco’.La autenticidad de su política de
buena vecindad tuvo su mejor ejemplo en el respeto a la soberanía de nuestro
país. Durante los tres periodos presidenciales de Roosevelt las relaciones
entre México y Estados Unidos fueron excepcionalmente buenas.En los días
posteriores a la expropiación petrolera, en una carta el general Cárdenas le
reconoce:‘Mi gobierno —escribió el general— considera que la actitud asumida
por los Estados Unidos de Norteamérica, en el caso de la expropiación de las
compañías petroleras, viene a afirmar una vez más la soberanía de los pueblos
de este continente, que con tanto empeño ha venido sosteniendo el estadista del
país más poderoso de América, el excelentísimo señor presidente Roosevelt.’Cástulo
Prado, el poeta que ya citamos, poeta popular, también dejó testimonio de la
rectitud, la altura y el respeto con que se comportó el presidente del país
vecino. Los versos de Cástulo decían:‘Los millonarios pedían que fuera la
intervención. A los Estados Unidos fueron a poner su queja —nos suena, nos
suena, nos suena—, a los Estados Unidos fueron a poner su queja para que de
allí vinieran a proteger sus empresas. Roosevelt les dice: Señores, yo aquí
nada puedo hacer, el gobierno mexicano ha cumplido su deber.’En los buenos
resultados de esta política tuvo mucho que ver el embajador de Estados Unidos
en México, Joseph Daniels, quien actuó con sabiduría y habilidad en los años
más difíciles de las relaciones entre los dos países. Su postura acerca de
conflicto petrolero se resume cuando sostiene que el presidente Cárdenas tenía
razón al promover que la riqueza del subsuelo se convirtiera en parte de la
economía mexicana, y que la crisis petrolera se debía a la negativa sistemática
de las empresas extranjeras a modificar su visión, pues ‘consideran —señalaba
Daniels — que los mexicanos nacieron para enriquecer a extranjeros y que Dios
puso importantes recursos naturales en el subsuelo de México para aumentar las
fortunas que se encuentran en los cofres de los explotadores y concesionarios.Pero
las empresas no fueron tan conscientes ni respetuosas como los políticos
estadounidenses. La nacionalización tuvo que abrirse paso enfrentando el
boicot, las presiones y los actos de sabotaje promovidos y financiados por las compañías
petroleras extranjeras.En nuestro país la expropiación petrolera causó, entre
una minoría, un profundo malestar, sobre todo entre los ricos de la época, en
sectores de clase media y en la mayoría de los medios de comunicación.Es
interesante, y esta es una lección, destacar que históricamente la derecha
siempre se reagrupa cuando se pretende llevar a cabo un cambio democrático y se
torna de plano intolerante y hasta violenta cuando se trata de reivindicaciones
sociales a favor del pueblo y del dominio de la nación.Recordemos que el
derrocamiento del presidente Madero, nuestro Apóstol de la Democracia, contó
con la intervención del embajador de Estados Unidos, pero fue ese derrocamiento
llevado a cabo por grupos internos de la derecha, que previamente habían
promovido una campaña de odio y desprestigio consistente en ridiculizar al
mandatario, al presidente Madero, en los periódicos, hasta el punto de tratarlo
como loco y espiritista.Lo mismo sucedió cuando la expropiación que, aunque no
afecta de manera directa intereses privados nacionales, sirvió para aglutinar
todo el descontento de los grupos conservadores contrarios a la política
agraria laboral y educativa del general Cárdenas.En este ambiente se funda el
17 de septiembre de 1939 el Partido Acción Nacional, que nace criticando, que
nace criticando la expropiación petrolera. Digo esto aquí, en el Zócalo, porque
no estoy mintiendo, estoy hablando con la verdad.En 1940, toda esa reacción se
manifestó con mucha fuerza en la elección presidencial. Era tal la oposición de
derecha que el general Cárdenas tuvo que actuar con cautela, y posiblemente eso
influyó para que apoyara la candidatura de Manuel Ávila Camacho y no la del
general Francisco J. Múgica, con quien tenía más afinidad ideológica y el cual
representaba una mayor certeza de continuidad y profundizar la política social
y nacionalista.Siempre se ha hablado de que el general no optó por Múgica ante
el riesgo de una intervención extranjera. Sin embargo, como hemos visto, en ese
entonces gobernaba Roosevelt, que había demostrado su respeto a la soberanía
nacional y que estaba por estallar la Segunda Guerra Mundial, situación que
contribuía a disipar la amenaza de una intervención estadounidense.Desde mi
punto de vista, lo que más influyó a la hora de la decisión fue la
circunstancia política interna, es decir, la beligerancia de los grupos de
derecha. Recuérdese que, aun optando por la candidatura de Manuel Ávila
Camacho, que sostenía posturas moderadas, de todas maneras, la elección
presidencial fue complicada y violenta:El candidato opositor, Juan Andreu
Almazán, contaba con el apoyo de importantes grupos de derecha y de un sector
del Ejército; incluso el PAN, que no presentó candidato a la presidencia, lo
apoyó abiertamente.Al final de la jornada se reportaron 30 muertos y 127
heridos. Sin embargo, poco después Almazán claudicó y sus partidarios,
empresarios y políticos de derecha se entendieron y pactaron por concesiones y
prebendas con el nuevo gobierno de Ávila Camacho.A partir de entonces empezó a
abandonarse el auténtico ideal revolucionario y las acciones en beneficio del
pueblo, aunque debe admitirse que esa alianza entre el poder político y el
poder económico tal vez evitó la guerra civil y mantuvo la paz social.Si con Porfirio Díaz imperaba la paz de los sepulcros, luego
del gobierno del presidente Cárdenas se instauró la paz de las componendas y de
la corrupción.En esta breve historia hay enseñanzas mayores, la principal es
que sólo con el pueblo, sólo con el apoyo de las mayorías, se puede llevar a
cabo una transformación popular para hacer valer la justicia y enfrentar a los
reaccionarios que se oponen a perder privilegios.Por eso, hoy de nuevo
manifestamos, exclamamos a los cuatro vientos:Nada de zigzaguear, sigamos
anclados en nuestros principios, reafirmemos la decisión y el rumbo que hemos
tomado desde que inició el gobierno. No a las medias tintas, no aceptaremos
nunca que en México se imponga una minoría a costa de la humillación y el empobrecimiento
de las mayorías.Por eso, en nuestro mandato se combate la corrupción, existe un
gobierno austero, sin lujos y todo lo ahorrado se destina a financiar los
Programas de Bienestar, como la pensión a los adultos mayores, el apoyo a las
personas con discapacidad, a madres solteras, a campesinos y pescadores, becas
a estudiantes de familias pobres, Internet para Todos, programas de
mejoramiento y construcción de vivienda, Créditos a la Palabra, fertilizantes y
Precios de Garantía para los pequeños productores del país, el Banco del
Bienestar, el impulso a la educación y a la salud pública universal y gratuita.Este
año, más de 25 millones de personas recibirán apoyos directos que suman 600 mil
millones de pesos. En otras palabras, de 35 millones de hogares que hay en el
país, ya en el 71 por ciento llega al menos uno de los Programas para el
Bienestar.Con esta política de atención a los más necesitados, vulnerables y en
especial a los jóvenes, también hemos podido reducir los delitos del fuero federal
en 33 por ciento, el homicidio en 10 por ciento, el robo de vehículo en 38 por
ciento, el robo en general 20 por ciento, el huachicol en 92 por ciento, el
feminicidio en 28 por ciento y el secuestro en 76 por ciento.Asimismo, los
ahorros por no permitir la corrupción ni los derroches presupuestales nos han
permitido evitar más deuda. No hemos solicitado deuda adicional desde que
estamos en el gobierno.Y al mismo tiempo, sin aumentar en términos reales la
deuda pública, no han aumentado, no se han incrementado los impuestos, no ha
aumentado el precio de las gasolinas, ni del diésel, el gas y la luz, inclusive
ha habido una disminución en el precio de estos energéticos.También se ha
incrementado, como no sucedía en muchos años, la inversión pública. Este año se
van a ejercer más de un billón de pesos en obras; es decir, vamos a seguir
construyendo carreteras, puentes, trenes, aeropuertos, hospitales,
universidades, mercados, unidades deportivas, malecones, parques naturales
recreativos y ecológicos.Y estamos llevando a cabo algo muy importante: una
amplia labor de recuperación y de restauración de sitios históricos y
arqueológicos de nuestras antiguas y espléndidas culturas y civilizaciones.La
hacienda pública es fuerte, la economía nacional está creciendo en auge: el año
pasado, la economía en México creció incluso más que la economía en China y en
Estados Unidos.Hay un número sin precedente de 21 millones 747 mil trabajadores
inscritos en el Seguro Social. Nunca se había llegado a esta cifra de 21
millones 747 mil trabajadores en la economía formal.También, no se había
logrado nunca un salario promedio de 525 pesos diarios para estos trabajadores
de la economía formal.La tasa de desempleo del pasado mes de enero fue de 2.9
por ciento, la más baja desde 2005.Estamos haciendo obras, aquí mismo se está
rehabilitando la línea que se fracturó del Metro.Se está, desde luego,
construyendo los trenes Toluca-Ciudad de México, el Tren Maya, el transístmico
y muchas obras, muchas.¿Qué está pasando?Que logramos, después de muchos años,
que en Estados Unidos ofrecieran visas temporales de trabajo. Ya Canadá lo
hacía y Estados Unidos no aceptaba. Ahora con el cambio del presidente Biden se
logró, pero se están llevando a obreros calificados, a fierreros, se están
llevando a soldadores que nos hacen falta aquí para las obras. Ya vamos a hacer
una pequeña modificación, porque primero es México y luego el extranjero, pero
esto demuestra cómo está la demanda de empleos en el país.En el tiempo que
llevamos en el gobierno el salario mínimo ha aumentado en 90 por ciento en
términos reales; y en la frontera, más del doble.¿Se acuerdan lo que decían los
tecnócratas mentirosos? De que, si aumentaba el salario, iba a haber inflación.
Puro cuento. Eso no es cierto. Claro que tenemos que ir mejorando el salario de
manera responsable para fortalecer, como lo estamos haciendo, el mercado
interno y así lograr el bienestar para nuestro pueblo.La Bolsa de Valores, las
utilidades de las empresas y los bancos registran buenas ganancias.Las reservas
del Banco de México se han incrementado en 15 por ciento, 200 mil millones de
dólares de reservas del Banco de México.La inversión extranjera ha escalado a
cifras antes no vistas.Lo mismo ha ocurrido con las remesas de nuestros
paisanos migrantes. Muchas gracias, paisanas, paisanos. El año pasado esas
remesas casi llegan a 60 mil millones de dólares, este año vamos a superar los
60 mil millones de dólares.Esto es muy importante, porque ese dinero llega
abajo, hasta a las comunidades más apartadas, a 10 millones de familias que se
benefician y que también con ese dinero se reactiva la economía regional, el
comercio y otras actividades económicas.También es importante subrayarlo: el
peso es la moneda que más se ha apreciado en el mundo con relación al dólar,
esto no sucedía desde hace más de 50 años.También hemos orientado nuestros
recursos y esfuerzos para alcanzar la autosuficiencia alimentaria y la
autosuficiencia energética. En esto último, como aquí informó la secretaria de
Energía y el director de Pemex, podemos asegurar que se está garantizando la
soberanía petrolera. El año próximo no vamos a comprar gasolina ni diésel, ni
otros petrolíferos en el extranjero, vamos a procesar toda nuestra materia
prima.Se fortaleció la Comisión Federal de Electricidad, empresa pública
encargada de administrar la industria eléctrica.Y recientemente se nacionalizó
el litio, mineral estratégico utilizado en la construcción de baterías para
autos eléctricos y sistema de almacenamiento para las energías limpias.Me llena
de orgullo poder recordar —bueno, hago un paréntesis para decir que ofrezco
disculpas porque estoy tardando, pero ya estoy por terminar—, me llena de
orgullo poder recordar hoy, 18 de marzo, que, a pesar del entreguismo que
prevalecía antes de que llegáramos al gobierno, pudimos quitar del Tratado de
Libre Comercio un amplio capítulo que comprometía en ese acuerdo nuestro
petróleo y poner en su lugar un pequeño párrafo, que se los voy a leer. Dice:‘Estados
Unidos y Canadá reconocen que México se reserva su derecho soberano de reformar
su Constitución y su legislación interna, y México tiene el dominio directo y
la propiedad inalienable e imprescriptible de todos los hidrocarburos en el
subsuelo del territorio nacional.’Amigas y amigos:Estoy convencido de que
seguiremos contando con el apoyo del pueblo para consolidar la primera etapa en
la transformación de nuestro país. También estoy convencido que cualquiera de
los aspirantes que resulte triunfador en la encuesta para elegir al candidato
de nuestro movimiento aplicará la misma política en favor del pueblo y en favor
de la nación. Está asegurada la continuidad con cambio. No hay nada que temer.
Eso sí, tenemos que mantenernos unidos, mirando siempre hacia el porvenir y la
felicidad de nuestros semejantes, trabajando desde abajo y con la gente, y sin
descuidar la estrategia que llamamos acertadamente la revolución de las
consciencias para continuar avanzando en el cambio de mentalidad, para seguir
politizando a nuestro pueblo y, de esa manera, con un pueblo cada vez más
consciente, y en eso hemos avanzado mucho, México es de los países con menos
analfabetismo político en el mundo.Con esa consciencia vamos a seguir, con esa
consciencia colectiva vamos a seguir contrarrestando la guerra sucia, las
campañas de calumnias y los intentos de manipulación que seguirán llevando a
cabo, porque no les queda de otra nuestros adversarios y sus medios de
información, vendidos, alquilados o en manos de los miembros del bloque
conservador y corrupto, pero al mismo tiempo debemos tener fe en la sabiduría y
en la lealtad del pueblo; el pueblo no traiciona. Recordemos que el triunfo de
la reacción, como decía Juárez, es moralmente imposible. Estamos constatando que
la idea y la práctica de exaltar el humanismo mexicano es eléctrica y está
llegando a la consciencia de millones de personas. En eso baso mi optimismo.Y
aun cuando en política es más peligroso subestimar la fuerza de los adversarios
que sobreestimarla, sostengo que hagan lo que hagan no regresarán al poder los
oligarcas, continuará prevaleciendo en nuestro querido México una auténtica y
verdadera democracia.No puedo dejar de mencionar que en los últimos días
algunos legisladores de Estados Unidos, acostumbrados a ver la paja en el ojo
ajeno y no la viga en el propio, en plan propagandístico, diríamos aquí en
lenguaje coloquial ‘con grilla’, y con fines electoreros, politiqueros,
sostuvieron que, si no deteníamos el tráfico de fentanilo hacia la frontera
norte, que ellos iban a proponer al Congreso de su país que ocuparan soldados
norteamericanos en nuestro territorio para enfrentar a la delincuencia
organizada.Primero, quiero dejar de manifiesto que ya no es el tiempo de
Calderón ni de García Luna, que ya no es el tiempo de los vínculos turbios
entre el gobierno de México y las agencias del gobierno de Estados Unidos.
Ahora no hay simulación, de verdad se combate a la delincuencia organizada y de
cuello blanco, porque no hay corrupción, no hay impunidad, ni existen relaciones
de complicidad con nadie.Pero lo más importante es que desde aquí, desde este
Zócalo, corazón político y cultural de México, les recordamos a esos políticos
hipócritas e irresponsables que México es un país independiente y libre, no una
colonia ni un protectorado de Estados Unidos, y que podrán amenazarnos con
cometer cualquier atropello, pero jamás, jamás, permitiremos que violen nuestra
soberanía y pisoteen la dignidad de nuestra patria. Cooperación, sí; sometimiento,
no; intervencionismo, no". Más en www.somoselespectador.blogspot.com