Ante el llamado de la Doctora Claudia Sheinbaum Pardo, Presidente Electa de México, a que nos dirijamos a su cargo como Presidenta y no como Presidente, debo disculparme al no poder cumplir tal petición, ya que lejos a cualquier conservadurismo sobre el cambio lingüístico, buen uso de los participios activos y permisos gramaticales, por lo que no me considero un conservador y por el contrario, considero que el lenguaje no debe ser estático y su fin prioritario es el entendimiento en la comunicación en donde incluso acepto que las faltas ortográficas pueden ser permitidas si no interfieren en el entendimiento, aunque sea de mal gusto y de mala educación. En que por cierto sobre este punto también coincidía el gran escritor latinoamericano Gabriel García Márquez. También consideró que el decir presidenta en vez de Presidente, sí interfiere en el tránsito de una buena comunicación, caso contrario a otras profesiones de género, que terminan en "o" y en "a" pero no, como en este caso que terminan en "e". De aceptar que decir o escribir Presidenta es lo correcto para nombrar a una mujer que es Presidente, entonces es aceptar el desorden en el entendimiento de la expresión, y al referirnos a un guardián del orden, ya resultaría inoperante llamarlo policía sino se le tendría que decir policío a la vez que sería una discriminación de género llamar a un grupo de guardianes y guardianas como policías en vez de policías y policíos. Y lo mismo en el caso al decir juezas y juezos en vez de jueces y no así para los casos de abogados y abogadas, médicos y médicas en donde la "a" y la "o" si marcan género. En tal razón, decir Presidente y no Presidanta a una mujer, no es un acto de machismo o falta de reconocimiento a la grandiosa labor femenina, sino simplemente, es un estilo adoptado en nuestros espacios informativos para no caer en la torpe confusión. Reconocemos que tenemos atrevimientos ortográficos en nuestros encabezados y en nuestros cartones, en donde imprudentemente e intencionalmente no realizamos el uso de acentos, y no porque se trate de anotaciones escritas con mayúsculas, ya que tal situación, como se sabe, no es una excepción para no acentuar, lo que ha ocurrido es que hemos adoptado tal imprudencia con el fin de que lo escrito sea interpretativo más que imperante, aunque reitero, es una imprudencia aceptada, pero no coincidimos con usted, en también adoptar la imprudencia de quitar la "e" por la "a" para supuestamente feminizar la palabra, por lo que me basó a la explicación antes descrita para efectos prácticos más que por rebeldía misógina cuando nuestros espacios tienen mayor inclinación por la actividad femenina que por la masculina como puede apreciarse en nuestros contenidos. Lamento que a primeras horas de su reconocimiento electoral de ganadora, ya tengamos nuestras primeras diferencias, como es esta intrascendencia a la cual usted le dio suma importancia y que resulta menor junto a mi malestar por el retraso de las remodelaciones de la línea 1 del transporte colectivo metro, que usted comenzó como jefe de Gobierno de la CDMX, y que estando a cuadras de su discurso animoso de lo que será su gobierno como mandataria, nunca se tuvo ni explicación ni disculpas sobre tal situación no concluida en los términos y fechas establecidas en un principio. Estoy convencido que nadie como el Presidente Andrés Manuel López Obrador para sugerir quien sería su sucesora en un proyecto que se logró por su liderazgo, así como también estoy convencido de que usted era la mejor opción para ser la Presidente de México, y mucho más al conocer a los nefastos candidatos contrarios a su candidatura y a lo que representan los adversarios retrogradistas a la llamada 4T. usted dijo: “Hago una
respetuosa invitación a que nombremos presidenta con A. Así como decimos jueza,
abogada, científica, ingeniera, con A, porque como nos han enseñado lo que se
nombra, existe, y lo que no, no existe, y hoy con mucho orgullo podemos
reivindicarlo”, y en esos términos fue su invitación, la cual lamento no poder complacer, como
tampoco obedecemos a la RAE y como tampoco traicionamos a nuestros principios
políticos, pues para mi consideración decir La Presidente da existencia plena y
reconocimiento para aquella mujer que al igual que un hombre, es capaz y
necesaria como usted, para ocupar un cargo principal en un gobierno para un correcto funcionamiento del Estado. A usted le diré Presidente y a las mujeres policías no les diré Policíes. Más en www.somoselespectador.blogspot.com