María León es una artista que su talento la convierte en estrella, sin embargo se ha alejado de este principio para revolverse en las estrategias publicitarias que necesitan aquellos que no siendo artistas quieren ser estrellas. Su esencia que la proyectaban como una profesional, se ha perdido por los contratos absorbentes de promoción, con su participación en obras teatrales sobrevaluadas y con casas disqueras que manejan por hipnosis a sus representados y los citan para entrevistas a modo, que ya fueron prepagadas para que un maniquí le realice las preguntas en conformidad. La distracción a su profesionalismo, de quien tenía la imagen de ser dedicada y cuidadosa en sus presentaciones e intervenciones musicales, se abolló cuando María León anotó su nombre en la lista de cantantes mediocres que han entonado el Himno Nacional Mexicano con ignorancia, buscando solamente tener presencia mediática y en donde ridículamente se convierten en coautores de Francisco González Bocanegra y casi también de Jaime Nunó. León se presentó a entonar el canto patrio en el Partido de Beisbol de la Las Grandes Ligas de Estados Unidos pero jugado en un Estadio de México, en donde se enfrentaron San Diego contra los Gigantes de San Francisco, y ahí faltando a los ensayos o simplemente sin ensayar, la cantante tapatía que ha traspasado la línea de cuando un artista se convierte en un producto, olvidó la letra del Himno Nacional Mexicano y torpemente improvisó su letra, en el doble error en que caen los ineptos, posición en la que no teníamos por ningún motivo contemplada a María león hasta ahora que sufre de exceso de publicidad hasta convertirse en la Carlos Rivera versión femenina, nada más que con mayor talento. Lo hecho ya hecho está, aunque se retome el camino.