La soberanía
nacional reside esencial y originariamente en el pueblo. Todo poder público
dimana del pueblo y se instituye para beneficio de éste. El pueblo tiene en
todo tiempo el alienable derecho de alterar o modificar la forma de su
gobierno. Por lo que las mayorías son las que mandan y son las que no pueden ser censuradas en querer un sistema
capitalista, socialista neoliberalista, dictatorial o de asistencia social en
una derecha moderada. La
manera en la que se estructura el poder político para ejercer su autoridad en
el Estado, coordinando todas las instituciones que lo forman, hace que cada
forma de gobierno precise de unos mecanismos de regulación que le son característicos.
La importancia del voto libre y la ausencia del fraude electoral es fundamental
para el destino de los pueblos.Más en www.somoselespectador.blogspot.com